La Paz, 28 oct (UC/MSyD).- La estrategia que aplica el Ministerio de Salud y Deportes en la lucha contra el COVID-19 está centrada en el diagnóstico precoz, oportuno y gratuito, que se traduce en las pruebas antígeno nasales distribuidas a nivel nacional, además de las vacunas y los recursos que se asignaron a los hospitales de tercer nivel para la atención gratuita a la población, a través del Seguro Universal de Salud (SUS), afirmó este jueves el ministro de Salud y Deportes, Jeyson Auza.
“Estamos centrando en nuestra estrategia la prevención de la enfermedad, en la promoción de la salud, en un diagnóstico precoz, oportuno, gratuito, un tratamiento que tiene las mismas características, tratamiento precoz, gratuito y oportuno que evite dolor y sufrimiento a las familias bolivianas”, afirmó la autoridad en su intervención en la reunión con gobiernos subnacionales realizado en La Paz.
El ministro de Salud recordó que en el marco del Plan Nacional de Lucha Contra la COVID-19, se distribuyó a los 340 municipios y a los servicios departamentales de salud (SEDES) medicamentos y las pruebas necesarias para detectar y contener el virus, por lo que rechazó las críticas referentes a que no se cuenta con una estrategia.
Auza explicó que se asignarán recursos a los hospitales de tercer nivel mediante el Seguro Universal de Salud (SUS) y se modificó el reglamento de ese servicio para optimizar la atención del sistema de salud en beneficio de la población que no tiene acceso a un seguro a corto plazo.
"Nosotros estamos asignando el recurso presupuestado para el Seguro Universal de Salud y para este último desembolso hemos asignado 157.884.498 de bolivianos distribuidos en los nueve departamentos”, apuntó.
Además, Auza aclaró que se contempló la provisión de las vacunas para luchar contra la COVID-19 y gracias al manejo eficiente de las dosis se realizaron 7,6 millones de inoculaciones, lo que permitió que ahora se pueda aplicar la tercera dosis a las personas mayores de 18 años.
Finalmente, resaltó que el trabajo eficiente en el transporte, la distribución y la cadena de frío evitó la pérdida del 10% de las vacunas, a pesar de que es el margen permitido a nivel internacional.