La Paz – Miércoles 1 de Noviembre de 2017 | Unidad de Comunicación
Autoridades y personal del Ministerio de Salud recibieron a sus almas en una surtida mesa de Todos Santos. Líderes socialistas y revolucionarios como Luis Espinal, Tania la Guerrillera, Marcelo Quiroga, el Che, Fidel Castro, Hugo Chávez fueron algunos de los invitados a la celebración pagano-religiosa.
En la mesa nada faltó. Suspiros, t’antawawas, escaleras, caballos, soles, lunas de masa, galletas, bizcochuelos, además de una variedad de frutas de temporada, bebidas y flores, también golosinas de todos los colores, dieron la bienvenida a las almas de los seres queridos, la coca y el cigarro completaron la ofrenda.
Dice la tradición que las puertas del cielo se abren a las 12:00 de cada 1 de Noviembre, Día de Todos los Santo, para que aquellos que se adelantaron en partir, visiten a quienes aún permanecemos en este mundo.
Respetuosa de las tradiciones, la ministra de Salud, Ariana Campero Nava, acudió a la cita con las almas para pedirles que continúen acompañando y cuidando el Proceso de Cambio porque es la única forma de garantizar salud gratuita y universal para los bolivianos y para que el país siga creciendo con soberanía y dignidad, tal cual por lo que ellos lucharon.
Asimismo, 12 servidores públicos del Ministerio de Salud, incluyendo una ex autoridad del Ministerio Gobierno, que fallecieron en el cumplimiento de sus funciones y deberes estuvieron entre los invitados.
Contrariamente a Halloween, que se celebra el último día de octubre, con una noche del terror, de brujas y fantasmas, Todos Santos es el reencuentro con los seres queridos para quienes se “arma” una mesa con muchos y diversos detalles, cada uno con un significado.
La t’antawawa de masa personifica a los que se fueron, el sol y la luna alumbrarán el camino del difunto, el caballo le conducirá a su destino, con la escalera podrá subir al cielo.
Y como el camino al más allá es largo, no deberá faltar otros panes, galletas, dulces, variedad de frutas, agua, coca y cigarros, las velas encendidas alumbrarán su camino.
Y el 1 de Noviembre, la familia del difunto prepara la comida favorita “del alma”, a las 12:00 hora en que, según la tradición, la vida y la muerte se unen, todos comparten un almuerzo que por lo general es una sopa de maní y un segundo con ají.
